La primera proyección de aquel festival fue Una cruz en el infierno, de José María Elorrieta, precedida por el inevitable noticiero NO-DO. Aquel primer año, la programación se completó con otras cinco películas españolas de temática religiosa: Cristo, de Margarita Alexandre y Rafael María Torrecilla; La guerra de Dios, de Rafael Gil; La mies es mucha, de José Luis Sáenz de Heredia; El Judas, de Ignacio F. Iquino y Balarrasa, de José Antonio Nieves Conde, protagonizada por Fernando Fernán Gómez, quien la presentó en Valladolid.