Relata la vida paralela de dos mujeres jóvenes, que viven la Hungría de nuestros días. Una de ella es una madre de familia, para la que cada jornada supone la repetición de los mismos pequeños acontecimientos. Es la suya una vida gris, sin relieve sin incidentes, aburrida. Junto a ella, completando el cuadro, un marido indiferente. Se trata, en suma, de una mera espectadora de la vida carente de toda fuerza, de todo estímulo para enfrentarse a las dificultades. La otra mujer, el contrapunto de la primera, es una gimnasta de clase internacional, que se somete a un entrenamiento entusiasta e incansable. Dotada de una gran fuerza de voluntad es capaz de someterse por entero a una rigurosa disciplina de cara a la consecución de la meta que se ha propuesto. Esta fuerza de voluntad le hace vencerse a si misma en los malos momentos de los fracasos y obtener, al final, una gran victoria, un título, un campeonato.