Desde que Fabiola vio morir a su marido en un accidente de buceo, nada ha vuelto a ser igual. Cansada de no mejorar, decide autoprescribirse una terapia poco convencional: junto con su padre y su hija adolescente, viaja a una casa propiedad de la familia en una pequeña isla volcánica. Durante este tiempo de convivencia, cada uno de ellos intenta proteger su propia privacidad y resguardar sus secretos. Pero todo este secretismo desencadena la paranoia de Fabiola. No tiene pruebas ni certezas, pero algo le dice que las cosas no son lo que parecen. ¿Hasta dónde pueden llegar las mentiras cuando se trata de proteger a nuestros seres queridos?