En continentes distintos, dos familias de agricultores tienen como objetivo reinventarse mientras honran sus raíces. Una de ellas, formada por una matriarca francesa de voluntad firme y el hijo que crió entre sus viñas, cuida un viñedo biodinámico centenario en el Ródano Meridional. Al otro lado del océano, en Humboldt (California), otra familia —integrada por un padre impetuoso y un hijo de carácter más reservado— administra cuidadosamente una plantación orgánica de cannabis: una explotación que es legal en aquel Estado.