- Espacio Seminci acogió del 11 al 13 de abril de 2025 el primer Laboratorio de Desarrollo de Cortometrajes La Meseta, impulsado por la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta de Castilla y León, el Ayuntamiento de Valladolid y la Universidad Europea Miguel de Cervantes
- Chema García Ibarra, Ion de Sosa, Eugenio Mira, Rocío Mesa, Leire Apellaniz, Garbiñe Ortega y Eneko Muruzabal impartieron clases magistrales y tutorías a los cineastas de los ocho proyectos seleccionados
Del 11 al 13 de abril de 2025 se celebró en Valladolid la primera edición del Laboratorio de Desarrollo de Cortometrajes La Meseta, una iniciativa que ha superado todas las expectativas tanto por la participación como por la calidad de los proyectos presentados. Con este proyecto, desarrollado con la colaboración de la Universidad Europea Miguel de Cervantes (UEMC) y la financiación de la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta de Castilla y León, con fondos europeos aportados por el Ministerio de Cultura, Seminci reafirma su compromiso con el cortometraje, formato esencial en la programación del festival, según su director José Luis Cienfuegos.
Los directores y productores de los ocho proyectos seleccionados entre las más de 140 propuestas recibidas recibieron formación intensiva durante tres días de la mano de destacados profesionales del cine como Rocío Mesa (directora de Secaderos), Eugenio Mira (director de Grand Piano), Leire Apellaniz (productora de Ventajas de viajar en tren), Ion de Sosa (director de Mamántula y director de fotografía de La Parra), Chema García Ibarra (director de Espíritu sagrado), Eneko Muruzabal (responsable de Cultura y Sostenibilidad de la empresa especializada en conciencia circular Bilibin) y la directora artística de Dirdira Lab y coordinadora del laboratorio Garbiñe Ortega. «Es un placer tener este espacio de colaboración con el festival para seguir pensando en las películas, no solo en el aspecto creativo, sino también en las formas de producir y poder dar un empujón a estos proyectos tan potentes», señaló Ortega en la inauguración del laboratorio.
También estuvieron presentes en este acto Jesús Ignacio Sanz, jefe del Servicio de Industrias Culturales de la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta de Castilla y León; José Luis Cienfuegos, director de Seminci, José Luis Carreño, profesor del grado de Comunicación Audiovisual de la UEMC y Pedro del Río, coordinador de actividades de Seminci.
Formación intensiva con profesionales de prestigio
Los jóvenes cineastas seleccionados por su calidad narrativa, originalidad, propuesta estética y trayectoria para participar en el laboratorio fueron Roberto Pintre y Esmeralda Bravo (Un encuentro), Fany de la Chica y Natalia Ruiz (La virgen negra), Pablo Garví y Gabriela Isabel (Mar à noite), Clara Coira y Miguel Casaseca (From NASA to Merceditas), Paula Buentempo y Ana Apontes (Oh mono, adiós), Andrea Alborch y Nuria Cubas (Bakala), Roco Gómez Magaña y Lucía Sampedro (Los caminos del deseo) y Javier Cortijo y Elsa Hidalgo (22).
Durante el Laboratorio, realizadores y productores de cortometrajes recibieron asesoramiento personalizado y asistieron a clases magistrales que abarcaron diferentes áreas del proceso cinematográfico. Chema García Ibarra compartió su experiencia en la dirección y su visión del cine, alejada de la identificación de contar historias en el sentido convencional. El director de Espíritu sagrado profundizó en su método de trabajo con actores no profesionales, explicando cómo esta elección permite incluir sus aportaciones espontáneas y define su estilo, caracterizado por un «tono atonal, tranquilo y pausado». Uno de los conceptos que compartió fue lo que él denomina «la grieta que se abre de la realidad a la ficción», esa transferencia entre lo real y lo imaginado que caracteriza su obra.
Por su parte, Ion de Sosa destacó que lo más importante en su trabajo es «remarcar la intención dramática» de la historia. El director de fotografía La Parra y realizador de Mamántula animó a los participantes a «no tener miedo a fusilar planos» de referentes cinematográficos que admiren porque, al ser diferentes de la película original la intención y los actores, el resultado es una «referencia de amor al cine». En su intervención, también invitó a los creadores a «dejarse impresionar y dejarse llevar por lo que nos conmueve para que eso que nos entusiasma esté en la pantalla de nuestro proyecto actual», defendiendo la emoción como motor creativo.
Eugenio Mira comenzó su clase magistral invitando a los participantes a buscar la motivación profunda detrás de cada proyecto. El director de Grand Piano y El cumpleaños reflexionó sobre la diferencia entre filmmaker, autor y director, explicando que «dirigir es decidir cómo contar algo». En su opinión, un buen director posee la capacidad de «llegar al resultado final con la mayor fidelidad y la menor pérdida en el camino de lo que originalmente se planteó». También reflexionó sobre la propiedad intelectual, especificando que el propietario de la película es el productor, pero el director debe ser el único autor de la película resultante, entendiendo la autoría como la «responsabilidad de la obra artística».
Durante su intervención, Rocío Mesa clasificó las películas, según su envergadura, como «ciudades, pueblos y jardines». Explicó que las ciudades son las películas de gran presupuesto, los pueblos son las realizadas con equipos más pequeños pero estructurados, y los jardines son proyectos personales que «puedes acotar y hacerlo tan grande o tan pequeño como tú quieras». La directora y productora de Secaderos animó a los creadores emergentes a no detenerse mientras esperan la oportunidad de hacer su película más ambiciosa: «Mientras que llegamos a nuestro pueblo podemos construir varios jardines», refiriéndose a la importancia de desarrollar proyectos más pequeños y personales que mantengan viva la creatividad.
Leire Apellaniz aportó la visión de la producción, subrayando la importancia del trabajo en equipo, donde es fundamental «cuidar a cada una de las personas que participen en los proyectos como si fueran un tesoro, fomentando relaciones horizontales y respetuosas». Para la productora de obras como Ventajas de viajar en tren y Samsara, una productora debe equilibrar la sostenibilidad económica con los valores: «Para mí, hacer cine es un vehículo de transformación social» y advirtió contra el sacrificio extremo: «No hay que ser siervo ni esclavo de tu propio proyecto, hay que tener mucho cuidado con eso». También incorporó la perspectiva de la sostenibilidad ambiental en la producción cinematográfica, ayudada por la intervención de Eneko Muruzabal, miembro de la consultora medioambiental Bilibin.
Actividades abiertas al público
El evento también incluyó actividades abiertas al público en el Espacio Seminci. El viernes 11 de abril se proyectaron los cortometrajes como Un viento roza tu puerta, de Jorge Castrillo y Pablo Paloma; Portales, de Elena Duque, recién estrenado en la Berlinale, y varias obras de Chema García Ibarra, como El ataque de los robots de Nebulosa-5, Protopartículas, Misterio y Leyenda dorada, esta última codirigida con Ion de Sosa. El sábado 12, el público pudo disfrutar de Mamántula, de Ion de Sosa, nominada a los Premios Goya 2025.
Esta primera edición del Laboratorio La Meseta ha sido impulsada por la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta de Castilla y León, con fondos de la UE y el apoyo del Ministerio de Cultura, el Ayuntamiento de Valladolid a través de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci) y la Universidad Europea Miguel de Cervantes.