‘Between Dreams and Hope’, de Farnoosh Samadi;’The Luminous Life’, de João Rosas; ‘Dear Tomorrow’, de Kaspar Astrup Schröder, y ‘Memory’, de Vladlena Sandu abren un festival que reflexiona sobre las transformaciones personales y sociales del mundo contemporáneo
La jornada inaugural de la 70ª Seminci ha comenzado hoy con la presencia de cuatro directores de diversas procedencias que, desde las secciones Punto de Encuentro, Tiempo de Historia y Alquimias, adelantan con sus películas lo que espera al público vallisoletano en los próximos días: una programación llena de miradas diversas y lecturas potentes sobre el mundo actual.
Esto lo demuestra un título como Between Dreams and Hope, con la que Farnoosh Samadi regresa a Punto de Encuentro tras ser la ganadora de esta misma sección con su ópera prima La regla de los 180º en 2020. «Me siento muy emocionada de poder traer mi nuevo largometraje a un festival en el que me siento como en casa, que ya es parte de mi ser», ha contado la directora iraní. Between Dreams and Hope narra la historia de Azad, un joven trans que debe enfrentarse a obstáculos familiares y burocráticos para hacer oficial su cambio de género, mostrando la tensión entre modernidad y tradición aún latente en la sociedad iraní. «Quería hablar del amor en su estado puro y mostrar la realidad que existe dentro de la mente de estos personajes, pero también cómo lo que ellos viven refleja un problema universal», ha añadido Samadi, destacando el poder del cine como motor de transformación social: «El reto está en cambiar la forma de pensar, sentir y actuar de toda una sociedad, para que eso tenga un eco a nivel político».
También en Punto de Encuentro, el cineasta portugués João Rosas ha presentado en Seminci su primer largometraje de ficción, The Luminous Life, en el que se perciben ecos de cineastas como Eric Rohmer, Robert Bresson o Richard Linklater. La ciudad de Lisboa se convierte en un personaje más de este relato que sigue a Nicolau, protagonista de sus cortometrajes anteriores, en su entrada a la vida adulta. «Esta película surge de mi deseo de seguir trabajando con un chico que conocí hace muchos años, en 2012, cuando él tenía 11. Me interesaba mucho la relación entre la infancia y el cine porque, para mí, ambos representan una mirada curiosa sobre el mundo», ha compartido el director. «Ahora, con 24 años, me interesaba explorar la idea de la formación de la identidad, el aprendizaje en ese momento en que salimos de casa de nuestros padres, cambiamos de amigos o parejas y demás. El amor y la amistad son una parte fundamental de esta etapa».
Desde Portugal, la jornada en Seminci ha viajado a Japón con Dear Tomorrow, de Kaspar Astrup Schröder (Tiempo de Historia), que desde la no ficción se aproxima a una crisis real en la sociedad nipona: la soledad de la que sufren casi el 40% de sus habitantes. Melancólica y luminosa en partes iguales, Dear Tomorrow muestra la cotidianidad de diferentes personas y pone el foco en las medidas gubernamentales que se han tomado para contrarrestar esta situación, documentando una batalla que es, al mismo tiempo, individual e institucional. «La transformación digital ha afectado las formas en que nos relacionamos y ha llevado a una pandemia de soledad en el mundo. Quería abordar esto desde una perspectiva muy personal, siguiendo a dos personajes que atraviesan esta circunstancia, para, desde ese lugar, hacer un retrato de la sociedad», ha señalado Schröder. Y ha añadido: «Escogí Japón porque, en muchas ocasiones, funciona como una lupa de lo que está sucediendo en el resto del mundo y creo que podemos aprender mucho de esa sociedad».
La intersección entre lo personal y lo político se halla en el núcleo de otra propuesta de Tiempo de Historia: Memory, de Vladlena Sandu, que ha tenido su estreno en España tras recibir el Premio del Público en las Giornate degli Autori de Venecia. Entre imágenes de archivo, efectos pop y teatro de títeres surge este híbrido que parte de la esfera más íntima para preguntarse por el impacto de la guerra en las infancias de todo el mundo. Sandu, que vivió de primera mano el desmantelamiento de la URSS y la ocupación rusa en Chechenia, basó la película en sus diarios personales, así como en los resultados de una terapia de hipnosis a la que se sometió. Todo ello para, en sus palabras, «intentar crear imágenes de la memoria, algo que es absolutamente personal y a la vez puede ser raro, inusual, cinematográfico». Además, la realizadora ha reiterado la importancia de narrar estas historias en medio del panorama político actual: «Espero que mi película sea un puente para que públicos de todo el mundo se aproximen a realidades que no conocen y entiendan el impacto traumático que la guerra ha tenido y continúa teniendo sobre los niños».
Si en Memory el pasado dialoga directamente con el presente, Memory of Princess Mumbi incorpora el futuro a la ecuación, preguntándose por la relación del ser humano con la tecnología y las maneras en que esta determina los caminos de la creación artística. Damien Hauser ha presentado en Alquimias este innovador tapiz audiovisual que abre el debate sobre un tema relevante hoy: la incidencia de la inteligencia artificial en el arte y el cine. «Desde que empecé a experimentar con la IA me han surgido muchas inquietudes morales. Fue muy liberador usarla porque de otra manera nunca podría haber hecho esta gran película de ciencia ficción. Pero también era importante para mí abordar las problemáticas que hay detrás de su uso. Creo que estamos en un momento en el que podemos usar esta herramienta para potenciar nuestro arte pero nunca para reemplazarlo. Y tenemos que ser muy cuidadosos con esto, porque el futuro es incierto y aterrador», ha advertido el director suizo-keniano.
Farnoosh Samadi, Kaspar Astrup Schröder, Vladlena Sandu, João Rosas y Damian Hauser tuvieron un encuentro con el público de Valladolid en el que presentaron sus nuevos largometrajes para la 70ª edición de Seminci.