70 edición. Del 24 de octubre al 1 de noviembre de 2025.
70 edición.
24 oct./1 nov. 2025
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La cuarta ‘vitrina del mes’ (1977-1986) reúne testimonio documental del director de Hollywood que pudo ser presidente del jurado y de la Espiga de Oro que llegó en avioneta

La cuarta ‘vitrina del mes’ (1977-1986) reúne testimonio documental del director de Hollywood que pudo ser presidente del jurado y de la Espiga de Oro que llegó en avioneta

La cuarta ‘vitrina del mes’ (1977-1986) reúne testimonio documental del director de Hollywood que pudo ser presidente del jurado y de la Espiga de Oro que llegó en avioneta

La exposición gratuita de Espacio Seminci se complementa con la proyección del ciclo ’70 años de Seminci. Una cierta historia del cine de autor’ en los Cines Broadway

La cuarta ‘vitrina del mes’ reúne documentos inéditos de entre 1977 y 1986 que desvelan el meticuloso trabajo de organización que requería recibir a cineastas y sus películas, desde alquilar un avión hasta proyectar por primera vez en el mundo toda su filmografía. La exposición se podrá visitar gratuitamente en Espacio Seminci desde mediados de julio a mitad de septiembre, salvo en agosto, cuando la sala permanecerá cerrada.

Una de las piezas seleccionadas ocupa un lugar destacado en la historia del cine español contemporáneo, ya que se trata del manuscrito original de un entonces desconocido Pedro Almodóvar en el que describe su ópera prima, Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón, que presentó personalmente en Seminci en 1980 dentro de la sección ‘La fiesta del cine español’.

Almodóvar no fue el único talento emergente que acudió a Valladolid en sus inicios. Seminci invitó en 1982 a Jim Jarmusch (Extraños en el paraíso) y Sarah Driver a participar en el ciclo ‘Cine independiente americano’, como demuestra la reserva de habitación en el Hotel Olid Meliá que se exhibe.

Sarah Driver y Jim Jarmusch, 1982. © Luis Laforga
Pedro Almodóvar, 1980. © Luis Laforga
Michael Cimino y Mickey Rourke, 1985. © Fotos Cacho

Uno de los documentos más emotivos es, en cambio, el símbolo de una visita que no pudo ser. El realizador Joseph L. Mankiewicz envió una carta aceptando ser presidente del Jurado Internacional en la 30ª edición, coincidiendo con la proyección por primera vez en el mundo de su filmografía completa. Sin embargo, el director de Eva al desnudo canceló su presencia mediante un fax enviado el 24 de junio de 1985, cuatro meses después de haber aceptado inicialmente.

Al igual que algunos realizadores rompieron el corazón de los organizadores de esta época, hubo películas que supusieron un verdadero desafío logístico, como Mona Lisa, de Neil Jordan, en 1986. El festival tuvo que alquilar una avioneta (según muestra la factura remitida a la distribuidora española Lauren Films) para que la copia llegara a tiempo desde Lisboa para su estreno en Seminci, donde conquistó la Espiga de Oro.

Otras películas que marcaron esta época están representadas a través de los dosieres de prensa originales: desde Rocky, de Sylvester Stallone, a Providence, de Alain Resnais, Espiga de Oro en 1977, o la versión restaurada de Napoléon, de Abel Gance. Esta película muda inauguró la 30ª edición de Seminci en 1985 en un concierto-proyección a cargo de la Orquesta Ciudad de Valladolid, dirigida por Carmine Coppola, que recogió la Espiga de Honor por su trabajo como compositor en películas dirigidas por su hijo como El padrino o Apocalypse Now. En la vitrina, comisariada por el periodista e historiador del festival César Combarros, puede verse el boceto realizado a mano por él con la disposición de los músicos en el escenario para el concierto.

El carnet dorado: pase al exclusivo Club del Semanista

No solo los cineastas fueron los protagonistas de esas ediciones de Seminci. Los críticos de cine más reconocidos también acudían con fervor a Valladolid. La exposición incluye las fotografías de carnet que periodistas y escritores como Manuel Hidalgo, Jesús Fernández Santos o Fernando Quiñones enviaron junto a su solicitud de acreditación, las reservas de alojamiento de Carlos Pumares y Fernando Méndez-Leite, así como las cartas manuscritas de Miguel Delibes y José Jiménez Lozano, futuros ganadores del Premio Cervantes, confirmando su asistencia al festival en 1986 y agradeciendo la invitación. La vitrina exhibe también el codiciado carnet de prensa y la acreditación para acceder al Club del Semanista, un espacio de encuentro exclusivo para invitados y profesionales acreditados en 1978.

Seminci se renueva y se expande

En estos años, el festival por fin adquirió dimensión jurídica con la publicación el 20 de octubre de 1980 de los estatutos de la Fundación Pública Municipal de la Semana Internacional de Cine de Valladolid y de la Expansión de la Cultura de la Imagen, expuestos en Espacio Seminci. También en 1980 comienzan las extensiones a otras ciudades de Castilla y León de proyecciones de títulos programados en el festival una vez terminada la edición, un antecedente del actual programa Comunidad Seminci.

La vitrina incluye, como ejemplo de otro de los grandes cambios que experimentó Seminci en estos años, la tarjeta de bienvenida y el informe de balance de la edición de 1984 elaborados por Fernando Lara el primer año de los más de 20 que estuvo como director al frente del festival.

Películas del ciclo ’70 años de Seminci. Una cierta historia del cine de autor’

Para comprender mejor esta etapa de Seminci, la ‘Vitrina del mes’ se completa con la proyección en los Cines Broadway de tres títulos del ciclo ’70 años de Seminci. Una cierta historia del cine de autor’ firmados por destacados cineastas del cine estadounidense y europeo que comparten una mirada crítica y existencial del mundo contemporáneo.

El 24 de julio, el ciclo ofrece la oportunidad de ver el debut como director de Paul Schrader, Blue Collar (Estados Unidos, 1978), quien ya había ganado notoriedad como guionista de Taxi Driver. Considerada una referencia clave del cine social norteamericano de los años 70, en la tradición de cineastas como Sidney Lumet o Hal Ashby, la película es una crítica mordaz al sistema industrial estadounidense y a la corrupción tanto empresarial como sindical. Protagonizada por Harvey Keitel y Richard Pryor, Blue Collar comparte con las obras posteriores de Schrader elementos como personajes alienados por las estructuras sociales, luchas internas de conciencia, y una crítica al poder y la moralidad en ambientes urbanos decadentes.

El ciclo continúa el 7 de agosto con la proyección de Las señoritas de Wilko, de Andrzej Wajda (Polonia, Francia, 1979), una de las películas más introspectivas y poéticas de su director, un cambio de tono respecto a sus títulos más políticos. Un viaje íntimo en torno a la memoria, el deseo y la melancolía por un pasado irrecuperable que, gracias a su nominación al Oscar a Mejor Película Extranjera, consolidó a Wajda como una figura clave del cine de autor europeo, con una sensibilidad que recuerda a Bergman o Antonioni.

Fuertemente influenciada por Bergman es también Sacrificio, de Andrei Tarkovski (Suecia/Francia/Reino Unido, 1986), que podrá verse el 24 de agosto en los Cines Broadway.  No en vano, la última película del director ruso fue filmada en Suecia con el equipo técnico de Bergman, incluido el fotógrafo Sven Nykvist. Ganadora del gran premio del jurado del festival de Cannes, Sacrificio es apreciada como una obra maestra del cine espiritual y filosófico, rodada con un estilo visual poético y cargado de misticismo. Es también una despedida conmovedora de uno de los cineastas más trascendentales de la historia del cine, una exploración simbólica de la fe, el sacrificio y el sentido de responsabilidad moral ante un mundo en crisis.

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