La exhibición instalada en Espacio Seminci hasta mitad de junio revela el contraste entre la apertura al cine de autor internacional y las tensiones con la censura
El Espacio Seminci expone desde el 21 de mayo su segunda ‘Vitrina del mes’, una iniciativa que pretende difundir el patrimonio documental del festival con motivo de la celebración en 2025 de la 70ª edición. La exposición recorre el período 1962-1969, una etapa crucial en la que la Semana Internacional de Cine experimentó una profunda transformación hacia un festival de cine de autor de reconocido prestigio internacional.
La exhibición, comisariada por César Combarros Peláez, se desarrolla en paralelo al ciclo ’70 años de Seminci. Una cierta historia del cine de autor’, que se desarrolla los jueves en los Cines Broadway, en colaboración con El Norte de Castilla. Los títulos de este periodo programados en mayo y junio son La isla desnuda, de Kaneto Shindō (1960), Hablemos de otra cosa, de Věra Chytilová (1964) y La muchacha, de Márta Mészáros (1968).
1962-1969: años de expansión de Seminci
A lo largo de estos años, el festival experimentó una notable transformación, consolidándose como un evento cinematográfico de relevancia internacional. Aunque la censura y la intromisión eclesiástica siguieron intentando imponer su influencia. Como recoge César Combarros en el libro, disponible online, Seminci. Una historia de cine, en 1962 el certamen cambió temporalmente su nombre a Semana Internacional de Cine Religioso y de Valores Morales. Un año después, recuperó el nombre de Valores Humanos y potenció su atractivo internacional: 200 periodistas internacionales se acreditaron en una edición, en la que el director Nicholas Ray (Rebelde sin causa, Johnny Guitar) formó parte del jurado y se presentaron ciclos dedicados a Ingmar Bergman y Robert Bresson.
No obstante, la censura marcó la edición de 1965, que prohibió siete de las películas seleccionadas (entre ellas, Ensayo de un crimen, de Buñuel y El desierto rojo, de Antonioni). Aun así, incluyó hitos como el estreno en España de Ciudadano Kane, de Orson Welles, 24 años después de su lanzamiento, y la proyección de Ocho y medio dentro de un ciclo dedicado a Fellini.
Maestros del cine a los que se unieron en los siguientes años en las proyecciones programadas en los cines Avenida y Rex los directores Dreyer, Kurosawa, Zanussi, Satyajit Ray o Jacques Tati, culminando este periodo en 1969 con una edición protagonizada por Luis Buñuel y la polémica que generó Simón del desierto cuando el periódico L’Osservatore Romano calificó el film como «antirreligioso».
Durante este periodo, el festival afirmó su compromiso con el cine de autor y géneros como el documental, logrando atraer cada vez más la atención internacional, a pesar de operar bajo las restricciones de la censura franquista.
Material promocional y símbolos de una nueva identidad
Entre los objetos más destacados de esta vitrina se encuentran los sellos conmemorativos de la séptima (1962) y duodécima (1967) edición, con los carteles diseñados por Alfonso Cerdán y Federico González (Fede), así como banderines promocionales de las ediciones novena (1964) y décima (1965). La muestra incluye también el primer número del boletín diario informativo Seminci de 1962, que utilizó por primera vez el acrónimo con el que se conoce desde entonces al certamen.
Los visitantes podrán contemplar también facsímiles de varios volúmenes que editó el festival reuniendo las ponencias impartidas en el seno de las Conversaciones Nacionales e Internacionales de Cine, celebradas durante cada edición para incentivar la reflexión en torno al cine.
Películas premiadas y apertura internacional
La vitrina recoge un valioso conjunto de materiales que ilustran tanto los éxitos cinematográficos como la creciente proyección internacional del festival durante este período. Entre los documentos más destacados figura el afiche de El empleo, de Ermanno Olmi, ganadora de la Espiga de Oro en 1962, acompañado por un informe de la Asesoría religiosa que alertaba sobre «una secuencia de baile con insinuaciones amorosas y tendenciosas» en la película premiada. También se muestra el boletín de inscripción de La isla desnuda, de Kaneto Shindo, que se programó gracias a la recomendación de Miguel Delibes en ‘El Norte de Castilla’ y conquistó tres galardones en la séptima edición.
La exposición documenta también la apertura internacional del festival y sus momentos de controversia a través del boletín de inscripción y el dosier promocional indio de Charulata, primer largometraje de Satyajit Ray exhibido en España (1968), así como la documentación de Persona, de Ingmar Bergman, que se proyectó en Valladolid inmediatamente después de su estreno en Suecia (1967), pese al interés de Venecia y Cannes.
Entre las piezas más llamativas se encuentra el material relacionado con La Vía Láctea, que marcó el regreso de Luis Buñuel a las pantallas españolas tras el escándalo de Viridiana, estrenándose en un controvertido programa doble junto a Simón del desierto.
También resulta curioso el programa de La danza de la muerte, un montaje teatral inspirado en El séptimo sello, dirigido y escrito por Carmelo Romero (quien sería director del festival en 1974 y 1975), estrenado como preludio de la undécima edición (1966). Así como una crónica periodística de la 7ª edición, que ofrece una perspectiva sociológica del festival, dividiendo al público entre «un grupo bastante crecido de capaces, enterados, ultras del cine», otro núcleo de «personas pías», y un tercero, «con menos exigencia y más indulgente con la calidad cinematográfica».
La exposición permanecerá abierta al público en Espacio Seminci (calle Leopoldo Cano, 20. Valladolid) hasta la tercera semana de junio, cuando será sustituida por la tercera vitrina dedicada al período 1970-1976. La entrada es gratuita y puede visitarse de lunes a viernes en horario de 11:00 a 14:00.