Nunca pasa nada

El autocar donde viaja la Gran Compañía Internacional de Revistas se detiene en Medina del Zarzal. Van en viaje de una capital de provincia a otra, y de pronto Jacqueline, quizá la más bonita de todas las coristas extranjeras del ballet Parfum de Paris, se pone repentinamente enferma y la tienen que hospitalizar de urgencia. Mientras el resto de la compañía prosigue su viaje, el doctor Don Enrique tiene que operarla de apendicitis aguda. La joven francesa sacudirá la vida cotidiana en el pueblo y despertará dormidas pasiones del médico, que intentará retenerla prolongando su convalecencia.