Eo, la última película del veterano realizador polaco Jerzy Skolimowski, se presentó en la gran pantalla el sábado 22 de octubre, en el marco de la 67ª Seminci. El filme, con el que compite en la Sección Oficial, narra las aventuras y desventuras de un burro gris llamado Eo, cuya ternura conmovió a los espectadores.
Jerzy Skolimowski presenta su película en rueda de prensa, acompañado por la coguionista y coproductora Ewa Piaskowska, que además es su esposa. A sus 84 años, el realizador polaco se ha mostrado firmemente partidario de un cine experimental que busca y explora nuevas formas narrativas.
Tras indicar que el título de su película, Eo, no es más que «la onomatopeya que reproduce el sonido que hacen los burros», el cineasta ha explicado cómo había surgido este proyecto: «Cuando Ewa y yo vemos películas contemporáneas, ambos sentimos que estamos hartos de la forma tradicional de contar historias, ya que hay una narrativa muy lineal, donde todo sucede de la A a la Z; presentan a los personajes, que se enamoran o se matan, o lo que sea… y así hasta el final. Sentimos que esta manera de contar historias está muerta, que no es esa la dirección, y hemos buscado otro tipo de narrativa, donde no todo sea previsible. Empezamos a experimentar con la película anterior, que se titula 11 minutos, y ese fue el primer paso. Con Eo hemos avanzado, pero esperamos ir todavía más allá con la siguiente película que hagamos».
El cineasta ha hablado de las ventajas de que el protagonista de la película sea un animal. «Algunas veces, trabajar con animales es más fácil que trabajar con actores humanos. Porque los actores tienen una tendencia a intelectualizar el papel que hacen. Pero con un animal hay que buscar otras formas de expresión, porque lo que se «sacrifica» son los diálogos. En Eo la música de la película es brutal, es música sinfónica, y nuestro colaborador, Paweł Mykietyn, es un compositor de música clásica que ha tenido que acercarse a otros registros musicales. Pero en la película lo que oímos es una orquesta de 75 músicos, y toda la banda sonora nos expresa el monólogo interior de Eo, el protagonista».
Skolimowski dejó claro que no le gusta discutir con los actores sobre por qué hay que hacer lo que dice el guion, y en ese sentido trabajar con burros le ha resultado fácil. «Con los actores se puede hablar y explicar mucho, pero con el burro no hace falta explicar nada. Con el burro lo que hay que hacer es hablar en un tono suave, sin gritar, sin empujar… La verdad es que lo traté igual que trato a mi perro, con el que ya tengo muchos años de experiencia, y sé que en lugar de gritar lo que funciona es la suavidad, la ternura… Bueno, la verdad es que teníamos otro arma secreta, que eran las zanahorias», añadió entre risas.
Ewa Piakowska ha comentado, por su parte, que esta es la cuarta vez que trabaja en un guion con Jerzy Skolimowski y ha contado cómo funciona el proceso de escritura entre los dos: «Nos complementamos bien, yo soy la persona de noche y él la de día. Es un proceso largo y complicado, pero a la vez corto. Ambos tenemos diferentes ideas sobre lo que queremos contar, y entonces yo trabajo toda la noche, dejo mi parte de guión escrita, y me voy a dormir. Y cuando Jerzy se despierta por la mañana, se sienta a la mesa y se pone a escribir, está todo el día trabajando y aportando sus ideas, y luego él se acuesta y yo me levanto, o coincidimos por la casa y hablamos, y así vamos avanzando».
Sobre la relación entre la película y el género de las fábulas, Piakowska comentó que, cuando empezaron a trabajar en Eo, leyeron diferentes libros, como Las Metamorfosis de Ovidio, El asno de oro de Apuleyo… «Sí, las fábulas enseñan algo aparentemente simple pero siempre tienen una conclusión muy profunda de fondo. En España hemos descubierto que existe un libro maravilloso, Platero y yo, de Juan Ramón Jiménez. No lo hemos leído aún pero lo hemos buscado y lo tenemos pendiente».
Cine y política en Polonia
Interrogado sobre cómo ha sido y es hacer cine en Polonia, y sobre la evolución que ha experimentado su país en las últimas décadas, Skolimowski ha recordado que «la etapa comunista fue muy dura para todos, sobre todo para los artistas». «Yo mismo fui víctima de la censura, cuando hice una película comprometida social y políticamente, titulada Manos arriba, y ahí realmente el gobierno me forzó a emigrar, porque me dijeron que no querían ese tipo de películas y yo no estaba dispuesto a renunciar a mi manera de decir las cosas».
No obstante, el cineasta ha dejado claro que ahora nadie censura sus películas. «Son totalmente libres. Incluso en esta última, Eo, hay una crítica irónica, sutil, hacia el gobierno actual, hacia el sistema… Pero bueno, en Polonia las películas están financiadas por el Instituto Cinematográfico Nacional, y tenemos la suerte de que financian todo tipo de filmes, de derechas, de izquierda, de centro… Supongo que no darían dinero para apoyar al fascismo, aunque en Polonia hay también grupos pequeños que están en los márgenes, grupos de inclinación nacionalista e incluso fascista».
«Cuando acabó el comunismo se produjo una explosión de libertad, y la verdad es que no estábamos acostumbrados, porque justo antes de la era comunista estuvimos bajo la ocupación nazi. Unos sabían usar esa libertad de forma correcta y otros no. Hay que recordar dónde está ubicada geográficamente Polonia en Europa, entre Rusia por un lado y Alemania por otro, lo cual es una desventaja. Son dos países poderosos…», reflexionó el cineasta.
«Polonia se ha desarrollado con el sistema de una democracia liberal, han surgido diferentes partidos, con maneras distintas de expresarlo… y desafortunadamente para muchos ahora está yendo a la derecha. Pero los polacos han saboreado la libertad, y no será tan fácil oprimirlos de nuevo. Mientras hay democracia, hay formas de protestar cuando alguien no está contento… Ahora bien, a dónde vamos, a dónde va todo este proceso… pues no sabemos, es una cuestión que está abierta».
EO podrá volver a verse esta tarde a las 16:00h en el Teatro Calderón y el lunes 24 de octubre a las 22:15h en el Teatro Cervantes
