Festivales, políticos, cineastas e instituciones de toda España y Europa han alabado cómo iluminó el cine de autor durante 30 años a través de su labor al frente de algunos de los festivales más destacados de España en Valladolid, Gijón y Sevilla
Al frente de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci) desde 2023, José Luis Cienfuegos (1964-2025) ha dejado en Valladolid una huella imborrable, un epílogo magistral a su carrera como programador y gestor cultural. «Con su adiós, nos deja un legado de 30 años dedicados a impulsar algunos de los grandes festivales de cine españoles», aseguró el ministro de Cultura, Ernest Urtasun. A propuesta del ministro, el Consejo de Ministros ha aprobado la concesión de la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, a título póstumo, a José Luis Cienfuegos «por una visión innovadora, un gran compromiso con la cultura cinematográfica y su capacidad para impulsar un espacio de encuentro entre creadores y espectadores».
«Era un amante de la vida y de las personas y un entusiasta, así como una persona llena de ilusión. Seminci y la ciudad de Valladolid siempre recordarán a José Luis Cienfuegos», aporta Jesús Julio Carnero, alcalde de la ciudad donde vivió sus últimos tres años, a la semblanza profesional y personal hilada por quienes colaboraron estrechamente con él cada día. El edil ha añadido en sus redes sociales el orgullo por este la concesión de la Medalla por su contribución a los festivales y al mundo del cine, «especialmente por su trabajo en nuestra Seminci y su legado en la ciudad de Valladolid».
Para la concejala de Turismo, Eventos y Marca Ciudad, Blanca Jiménez Cuadrillero, Cienfuegos se «dejó la piel por el festival, por el cine, por ese cajón de imposibilidades que es el arte, y que solo alcanza a unos pocos privilegiados con la mirada brillante y certera con que hay que ver la vida». Y añadió en su cuenta de X: «Gracias por tu genio, por tu impetuosidad y tu determinación. El cine es libertad y tú fuiste libre».
El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, lamentó asimismo su fallecimiento y lo consideró una «gran pérdida para Valladolid, para la cultura de Castilla y León y para la Seminci, referente internacional del cine». Un festival donde «impulsó una programación valiente y diversa», según el ICAA. Al Instituto de la Cinematografía y de las Artes Visuales también se han unido en el recuerdo a Cienfuegos otras instituciones públicas como Acción Cultural Española, Archivos Estatales o el programa Ibermedia; asociaciones profesionales como la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, la Acadèmia del Cinema Català, ADICINE, DAMA, AECINE, CIMA, AMA Audiovisual, ASECAN o las escuelas de cine ESCAC yECAM.
Los exdirectores del festival tampoco han querido dejar de demostrar su admiración hacia su trabajo. Javier Angulo, su antecesor en el cargo, ha destacado entre todos sus logros su iniciativa Ventana Cinéfila, que acerca cada año el cine de forma online a un cuarto de millón de escolares de toda España gracias al trabajo conjunto de los festivales que agrupa Profestivales21. «Perdemos a un protagonista clave en lo que va de siglo para entender el respeto y el valor que para la industria del cine, en general, y la española en particular, tienen hoy los festivales. Para eso llegó a Seminci y, por ello, su pérdida es tan grande y tan sentida en el festival y en el mundo del cine español».
Fernando Lara, quien fue director de la Semana Internacional de Cine desde 1984 hasta 2004, ha incidido en la energía y el calor que concentraba el que ocupara años después su puesto y con el que le unía amistad y admiración mutua: «Cien-fuegos… Estaban todos ellos en un mismo José Luis y los proyectó hacia Gijón, Sevilla y Valladolid. Hasta que, paradójicamente, un rayo los apagó. Fue mi amigo».
«Su legado no cabe en una filmografía ni en una lista de premios», resumió en La Tribuna de Valladolid José María Viejo del Pozo, director general de FUNDOS. «Se mide en gestos, en amistades, en los espacios que ayudó a crear para que el cine siguiera siendo una herramienta de entendimiento y belleza».
El mismo periódico señaló que «en Valladolid dejó su huella más personal: un proyecto valiente, renovador y profundamente conectado con la industria y el público. Su última edición, la número 70, se ha convertido ya en un legado inolvidable. El cine español despide a un visionario cuya aportación cambió para siempre la forma de habitar y celebrar el cine».
Para El Norte de Castilla, como escribió Chema Cillero, «la Seminci de Valladolid le sentaba como un guante». Su legado quedará ligado, según el periodista, a la renovación «serena pero firme de la Seminci, donde defendió la mezcla de memoria cinematográfica y riesgo contemporáneo. Para la comunidad cinéfila y para Valladolid, Cienfuegos deja la imagen de un director cercano, apasionado por el cine y convencido de que los festivales son, ante todo, un lugar de encuentro entre las películas y el público».
El vacío en la comunidad que ama el cine en Valladolid lo han compartido exhibidores, fundaciones y asociaciones locales, así como instituciones educativas. Como ha expresado Ana Cea, coordinadora del Máster de Cine de la Universidad de Valladolid, en El Día de Valladolid, creó escuela, fue un referente en la industria del cine y en el circuito de festivales. «Tu ejemplo es inspirador», concluye. «Supone mucha tristeza perder a un hombre con el ímpetu, las ganas y la fuerza de querer trabajar», se lamentaba Paco Heras, propietario de los Cines Broadway y Manhattan de Valladolid, en El Norte de Valladolid, junto a Arturo Dueñas, propietario de los Cines Casablanca, vecinos del Teatro Calderón, sede del festival, que acoge las sesiones para los jurados.
La noticia de su fallecimiento trascendió el ámbito puramente cinematográfico. Hasta el Real Valladolid Club de Fútbol envió un mensaje que refleja el «profundo respeto y admiración que sentimos por su legado y por todo lo que ha significado para la cultura y para Valladolid». Gabriel Solares y Enrique Uruñuela, copresidentes del club, añadieron: «Nos deja un compromiso innegable con el cine independiente y una capacidad creativa y de trabajo que ha permitido seguir ensalzando un festival de cine muy querido y respetado gracias a personas como él».
La asociación Pajarillos Educa ha agradecido también a Cienfuegos el trabajo que realizó «acercando las salas de cine al barrio de Pajarillos para que nuestras niñas y niños, nuestros jóvenes, contasen con un espacio dentro de Seminci y cumplir sus sueños como pequeños cineastas en igualdad de derechos y oportunidades, utilizando el cine como cauce para la transformación social».
Según la Fundación Siglo: «A lo largo de su brillante trayectoria, José Luis destacó por su compromiso inquebrantable con la cultura, su visión innovadora y su dedicación al frente de un festival en el que dejó una huella imborrable. Gracias a su labor, Seminci ha reforzado su prestigio y se ha consolidado como un referente internacional». Sobre lo que coincide la publicación Screen International, que publicó: «Cienfuegos expandió el alcance internacional del festival».
Un defensor incansable del cine independiente
«Un león en defensa del cine». Con estas palabras definió David Trueba a José Luis Cienfuegos, director de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), quien falleció el 2 de diciembre de este año. «Ardía en él la llama que brota del proyector cuando enciende la pantalla blanca de la sala», añadió el cineasta en las páginas de El País. El sector cinematográfico español ha respaldado estas palabras con innumerables mensajes de recuerdo, apoyo y cariño hacia quien ha abandonado esa sala de cine que tanto amaba demasiado pronto.
José Luis Cienfuegos entretejió su profesión, o su pasión, con la amistad y así lo han destacado productores como Agustín Almodóvar o Gervasio Iglesias, subdirector del área de Cine de RTVE: «Compartir su amistad ha sido uno de los grandes regalos que me ha dado la vida». También el artista visual Ramón Isidoro, quien le conoció cuando programaba ciclos de cine para Cajastur, el cineasta Ramón Lluis Bande o el periodista cultural y escritor Enrique Bueres: «Mientras le recordemos quienes lo conocimos, lo apreciamos y lo queríamos —y no digamos quienes lo teníamos como amigo íntimo—, no va a desaparecer».
«Se va una parte importante del cine ‘indi’, del cine ‘bueno’, del que necesita empuje y energía», ha coincidido el director y productor Enrique Lavigne. Distribuidoras de ese cine independiente que tanto defendió como Elástica Films, Wanda Visión, Avalon, Karma Films, A Contracorriente, BTEAM. La Aventura o Surtsey Films; así como Filmax, Andergraun Films, DeAPlaneta o las salas de exhibición Cines Renoir, Cines Embajadores, Golem y Cinema Truffaut han lamentado también «no estar preparados para su ausencia».
En la misma línea, el director Antonio Méndez Esparza profundizó en su dimensión protectora: «El cine necesita un hogar, una comunidad que acoja una función. José Luis Cienfuegos así lo concebía. Protegió y entendió el cine con un ojo crítico, y una voluntad amplia de extender el panorama cinematográfico. Siempre promovido por una visión del cine personal, flexible, ambiciosa y atrevida. Allí donde estuvo, creó una comunidad única, prestando siempre una atención personal a los cineastas, dándoles un espacio, y acogiendo de un modo muy especial el contacto entre público y obra, creando simbiosis únicas, abierto al diálogo entre ambos».
Su papel como descubridor y divulgador de nuevas voces, «su gusto fino, exquisito, atrevido hasta lo delirante y de una editorial tan moderna que podía provocar la extenuación», en palabras del guionista y director Jorge Naranjo publicadas en El Correo de Andalucía, «nos hizo más exigentes, más conscientes, más observadores de la pureza (y rareza) del cine».
Como homenaje a esta faceta, la plataforma Filmin ha preparado una selección de casi 130 títulos, elegidos por Joan Sala en colaboración con los programadores que trabajaron con él en los festivales de Valladolid, Gijón y Sevilla, bajo el título ‘Las películas que nos descubrió Cienfuegos’. «Un titán como él merecía un tributo como este», ha explicado Jaume Ripoll, cofundador de Filmin.
El productor y distribuidor Paco Poch instó a recordar «cómo actuaba, cómo reaccionaba, cómo planificaba», como modelo al que copiar para que nos ayude a mejorar. Le ha definido como un gran profesional y una gran persona «listo, rápido y contundente».
La Academia de Cine Europeo, la Filmoteca de Viena, el festival Crossing Europe, la asociación de distribuidores Europa International o la productora irlandesa Samson Films han alabado también su energía, su pasión y su dedicación.
El mejor director de festivales de cine
La noticia ha conmocionado, sobre todo, el circuito de los festivales de cine de España, especialmente los de Gijón y Sevilla, que dirigió antes de recalar en Valladolid. A los festivales castellano y leoneses de Aguilar de Campoo, Medina del Campo y Ciudad Rodrigo se han unido los de San Sebastián, Sitges, Huelva o Málaga para alabarle como una «figura imprescindible en la historia reciente de los festivales de cine en España», como ha publicado en su perfil de X el certamen barcelonés; «un referente y un querido amigo», según el Zinemaldia.
«Su dedicación, su mirada única y su compromiso constante con el cine han dejado una huella imborrable en quienes tuvimos la fortuna de compartir camino con él», aseguró Juan Manuel Vigar, director del festival de Málaga, en el mensaje que ha hecho llegar al equipo de Seminci. Atlàntida Mallorca FilmFest, Abycine («Nos marcó a todos un estilo y una senda»), L’Alternativa Fest, la Mostra Internacional de Cinema Periférico, Punto de Vista, In-Edit, D’A Festival Cinema Barcelona («Sin él no se entendería ni la mitad de las cosas que hacemos»), CINHOMO, Rueda con Rueda o Documenta Madrid («Estaremos siempre agradecidos por lo mucho que aprendimos de él»), entre otros, también han compartido el luto que viven los festivales.
Su trayectoria profesional al frente de tres de los más destacados de España la ha resumido José Antonio Hurtado, jefe de Programación de La Filmoteca Valenciana, en la publicación Culturplaza: «Con pasión, potencia y sapiencia revivió un cuerpo agonizante (Festival de Gijón), dio identidad a uno inmaduro, que debía crecer y buscar su lugar bajo el sol (Festival de Sevilla) y revitalizó otro que estaba de alguna manera adormecido (la Seminci de Valladolid). Los levanto y los puso en órbita. Con su poderoso aliento, José Luis Cienfuegos les insufló vida».
Gijón, el primer gran proyecto
El de Gijón fue el primer festival que asumió, cuando solo contaba con 10.000 espectadores, e hizo despegar hasta convertirlo en un referente y, aunque abandonó el cargo en 2012, la ciudad recuerda todavía con orgullo al director asturiano. El festival ha destacado «su incansable defensa de la industria, su apoyo a los nuevos formatos y su respeto por el papel de la crítica y la distribución», pero, sobre todo, han querido recordar al «compañero, al amigo y al maestro que nos enseñó que un festival de cine puede ser un motor de vida».
Excolaboradores como Pepe Colubi han destacado «su radar para estar al tanto de todo», según declaró al periódico La Nueva España, además de definirle como «perfeccionista a tope, mordaz e ingenioso».
Para Pablo de María, director de la Semana del Audiovisual Contemporáneo de Oviedo (SACO), José Luis Cienfuegos conocía y cuidaba todos los elementos que conforman un festival de cine. En sus festivales «todo tenía un sentido y todo nos interpelaba. Esto, que parece tan obvio, es una de las cosas que aprendí de él. El respeto por la profesión, por el cine, los cineastas y el público», ha escrito en el mismo periódico ovetense.
El testimonio del músico Nacho Vegas, recogido también en La Nueva España, revela el alcance de su influencia: «Muchas personas se dedicaron a esto por él. Yo mismo le debo al Festival [de Gijón] haberme enseñado una manera de ver cine, de amar el cine».
El sueño de un gran festival europeo en Sevilla
Desde Sevilla, donde dirigió durante diez años el Festival de Cine Europeo, su alcalde, José Luis Sanz, se ha referido a él como «un referente absoluto del cine en nuestro país», cuyo «trabajo y visión marcaron la historia del Festival de Cine de Sevilla, que impulsó con talento y compromiso desde 2012 hasta 2022».
Del mismo modo, el grupo de Jóvenes Programadores que él impulsó como iniciativa pionera dentro del festival, y que ha repetido en Seminci, ha enviado una carta a la publicación filmAnd en la que quieren hacerle llegar a Cienfuegos el mensaje de que «siguen soñando», porque «hay una generación en Sevilla que no entiende el cine a otra manera que la de José Luis Cienfuegos».
«Con Cienfuegos al frente, el Festival de Cine Europeo de Sevilla alcanzó una etapa de brillante madurez», ha escrito el periodista cultural Andrés González-Barba en el ABC de Sevilla. Patricia Godino ha coincidido en El Correo de Andalucía, al publicar que fue «el director que hizo soñar a la cinefilia de Sevilla con un gran Festival de Cine Europeo».
El festival era él
Algunos de los periodistas culturales más destacados, como también las publicaciones especializadas, han dedicado artículos, vídeos o palabras, a recordar a José Luis Cienfuegos, «una piedra angular –de talante cosmopolita, moderno, avanzado y visionario– para la vida cultural de nuestro país», según Carlos F. Heredero en La Nueva España. «Su ausencia no dejará nunca de atosigarme, por más que su memoria me sigue alimentando sin cesar».
José Luis Cienfuegos fue, como ha escrito Gregorio Belinchón en El País, «el mejor director de festivales de cine», que ya vislumbró un problema actual del cine, «o se educaba a los jóvenes en el amor a este arte o se perderían en el camino a las salas».
«Sin él no se entiende el cambio de muchos festivales que dirigió. El suyo fue un trabajo sin cesar, como el de muchos y muchas que cumplen funciones, a veces administrativas, menos visibles en la industria, quizás menos artísticas, pero que son imprescindibles para que todo funcione y para hacer más grandes las películas, para que les vaya mejor», explica Pepa Blanes, directora del programa el Cine en la Ser, en un vídeo publicado en redes sociales.
Para Javier Zurro, como ha dejado escrito en Eldiario.es: «Creía en el poder transformador del cine, pero no desde una atalaya de superioridad moral, sino que confiaba en que cualquier persona que tuviera acceso a buenas películas podría disfrutarlas. Creó una comunidad de gente que amaba el cine y que se conoció en esas proyecciones. Ese poder transformador también afectaba a las ciudades, que veían cómo el cine las hacía mejores. El mundo de los festivales de cine es lo que es gracias a él. Se le va a echar mucho de menos».
Asimismo, Luis Martínez recordó en El Mundo que «para él, como le gustaba decir, un festival no solo es un lugar para ver películas. Antes que nada es un espacio de encuentro, de diálogo, de confrontación también y siempre, siempre, de reconocimiento. El cine no está ahí para ser visto sino más bien para verse».
La ya inevitable añoranza expresada por todos aquellos que habitan los festivales de cine como forma de vida la ha expresado David Martos, director de Kinótico, asegurando que «nos abrazó con fraternidad -es decir, sin paternalismo- allá donde estuvo. Había en él esa ambición que mueve el mundo, porque Cienfuegos arrastraba consigo al mundo en su búsqueda. Quien estuvo a su alrededor no tuvo más remedio que moverse y aprender, aprender con él. Me parece que su marcha nos deja una lección valiosísima: la de que la búsqueda, el nervio y la inquietud merecen la pena».
«Tender lazos entre cineastas de diferentes países, entre creadores y público, establecer un diálogo cultural a través de los variadísimos títulos que conformaban sus programaciones se convirtió en su marca», según publica Juan Silvestre en la revista Fotogramas. «José Luis creía en la diferencia, apostaba por la diversidad y arriesgaba en un circuito en el que no es fácil romper con lo establecido y empezar de cero», añade.
Ricardo Aldarondo, periodista cultural y crítico de cine, destaca la simbiosis de cine y música que caracterizó la concepción que tenía de los festivales: «No solo está conmocionado el mundo del cine por la muerte de José Luis Cienfuegos, también el de la música, porque el modelo de festival de cine que inventó no se concebía sin conciertos, DJs, partys, y todo tipo de expresiones de la cultura alternativa más efervescente». En en El Correo, Oskar Belategui, ha añadido: «José Luis Cienfuegos ejerció siempre el rigor, el riesgo y la honestidad en su amor por el cine. Era las gafas de pasta del cine español».
Yolanda Flores (De Película, RNE), quien siguió a Cienfuegos durante 27 años por todos los festivales que dirigió, lo expresa así: «Porque José Luis era el festival, era el cine, era el amigo, era la persona que tenías que seguir». Otra veterana cronista radiofónica de festivales, Conxita Casanovas, ha lamentado que «con Cienfuegos se nos va uno de la familia, porque los del cine somos familia».
Tanto en Sevilla, como antes en Gijón, y después repetiría en Valladolid, Cienfuegos «logró que cada festival hablara con voz propia», ha afirmado Javier del Pozo en El Confidencial Digital. «Su estilo personal, alejado del protagonismo, fue decisivo para convertir certámenes de escala media en referentes del panorama europeo. Más allá de los cargos que ocupó, Cienfuegos encarnó una forma única de entender el cine como experiencia. Su legado continúa», prosigue el texto.
Eva Güimil coincide en su retrato en su artículo publicado en El País: «Tan reconocible, tan discreto y a la vez tan protagonista. Activo, curioso, divertido, profesional. Él era el festival y el festival era él». José Luis Cienfuegos creía que el público era exigente y, por ello, los festivales tenían el deber de acercarle las mejores películas, añadió Rufino Sánchez en el programa de TVE Días de Cine. «Y eso lo convertía un poco en un Quijote y en un revolucionario del cine».
Si para Marta Echeverría, como dijo en el programa Hoy empieza todo, de Radio 3, «redefinió el concepto de cine independiente», la revista Caimán CdC quiere recordarle «como lo que realmente fue: una figura fundamental no solo para los festivales de cine en España, sino para el entendimiento de la cultura y del comisariado cultural en este país».
Huérfanos de su presencia, pero herederos de su amor por el cine, Seminci dedicará a José Luis Cienfuegos un acto de homenaje, que se celebrará en Valladolid en 2026.