La retrospectiva “Mungiu por Mungiu” reúne tres largos y tres cortos dirigidos por él, además de otras tres películas que le han inspirado como cineasta, elegidas por el propio director
El ganador de la Palma de Oro de Cannes por 4 meses, 3 semanas, 2 días ofrecerá su clase magistral el día 26 de octubre en la Sala Miguel Delibes del Teatro Calderón
El cineasta rumano Cristian Mungiu acudirá a la Semana Internacional de Cine de Valladolid, que este año programará el ciclo “Mungiu por Mungiu”, dedicado a analizar su obra y sus influencias fílmicas. El ciclo estará integrado por seis de sus trabajos –tres largometrajes y otros tres cortos- y otros tres títulos elegidos por él mismo que le han inspirado como cineasta. Además, el cineasta aprovechará su presencia en nuestra ciudad para impartir una clase magistral, que tendrá lugar el miércoles 26 de octubre a partir de las 12:00 horas en la Sala Miguel Delibes del Teatro Calderón (Plató Canal Seminci).
La retrospectiva “Mungiu por Mungiu”, incluirá sus cortometrajes The Legend of the Official Visit -codirigido con Ioana Uricaru-, The Legend of the Air Sellers y The Legend of the Chicken Driver, todos ellos de 2009, y los largometrajes 4 meses, 3 semanas, 2 días (2007), Más allá de las colinas (2012) y R.M.N. (2022). El ciclo se completará con tres largometrajes de otros directores seleccionados por el propio Mungiu: Reconstituirea (Lucian Pintilie, 1968), No matarás (Krzysztof Kieślowski, 1989) y La vida de Jesús (Bruno Dumont, 1997).
Cristian Mungiu (Iasi, Rumanía, 1968) cursó estudios de Lengua y Literatura inglesas en la universidad, trabajó como profesor y periodista para la prensa escrita, la radio y la televisión. Posteriormente, estudió Dirección en la Academia de Cine y Teatro de Bucarest y rodó varios cortometrajes antes de presentar su primer largo, Occident (2002), que fue seleccionado en la Quincena de los Realizadores del Festival de Cannes y obtuvo un importante éxito de crítica.
Con su segundo largometraje, 4 meses, 3 semanas, 2 días ganó la Palma de Oro de Cannes y otros 42 premios internacionales, entre ellos, mejor película y mejor director de los European Film Awards y el Goya a la mejor película europea, además de la nominación a mejor película extranjera de los Globos de Oro.
En 2009 estrena en el certamen francés la película Historias de la edad de oro, estructurada en cinco historias dirigidas por otros tantos realizadores para describir los últimos años del comunismo en Rumanía. Mungiu, productor de la película y guionista de las cinco historias, dirige la última, La leyenda de los vendedores de aire.
En 2012 escribe y dirige Más allá de las colinas, estrenada nuevamente en el Festival de Cannes, donde logra el premio al mejor guion y el premio a la mejor interpretación femenina ex aequo para sus protagonistas, Cosmina Stratan y Cristina Flutur. En 2016 regresa a Cannes para presentar su quinto largometraje, Los exámenes, que se alza con el premio al mejor director. Este año ha presentado R.M.N., seleccionado de nuevo por el certamen francés.
Largometrajes inspiradores
Mungiu ha seleccionado personalmente los tres títulos que complementan su retrospectiva. Sobre Reconstituirea, el cineasta rumano explica que “siempre me gustó, no porque lograse evitar el aparato de la censura sino porque, en mi opinión, a día de hoy sigue siendo la película rumana con más fuerza y tiene momentos de gran cine”.
Respecto a No matarás, recuerda que “tenías que aprobar un difícil examen para ser admitido en la Universidad Nacional de Teatro y Cine de Bucarest. Entre otras pruebas, había que analizar la escena de una película. La que me tocó a mí era de Kieślowski. Su Decálogo se emitió en la televisión rumana de los años ochenta; era una de las escasas películas recientes que Rumanía se podía permitir comprar, dada la escasez de todo. Los profesores de la Universidad de Cine lo amaban por su conciso realismo”.
Finalmente, sobre La vida de Jesús, Mungiu señala que “después de graduarme en la escuela de cine, vi por casualidad en un festival La vida de Jesús. Su ritmo, ambigüedad y discreción fueron la fuerza motora que impulsó mi posterior giro hacia un enfoque más minimalista de la dirección cinematográfica”.
