71 edición. Del 23 al 31 de octubre de 2026.
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La 70ª edición de Seminci dedica un ciclo a La Controversia de Valladolid, el primer debate moral sobre los derechos humanos de los pueblos indígenas

La 70ª edición de Seminci dedica un ciclo a La Controversia de Valladolid, el primer debate moral sobre los derechos humanos de los pueblos indígenas

Brava Gente Brasileira ©Helio Xerem
La 70ª edición de Seminci dedica un ciclo a La Controversia de Valladolid, el primer debate moral sobre los derechos humanos de los pueblos indígenas
  • El ciclo ‘Dos orillas, un eterno debate. La Controversia de Valladolid’ es un ambicioso programa que analiza desde múltiples enfoques y orígenes geográficos la presencia europea en América
  • La experiencia cinematográfica se completará con un diálogo académico el lunes 27 de octubre dentro de las actividades ‘Pensar el cine en Seminci’

Hace 475 años, el 15 de agosto de 1550, comenzó uno de los debates más trascendentales y antiguos documentados en la historia occidental sobre los derechos humanos: la Controversia de Valladolid. La Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci) recordará este hito histórico en su 70ª edición (24 octubre-1 de noviembre) con un ambicioso ciclo de 17 largometrajes que examinan la reinterpretación de la Conquista de América desde ambos márgenes del Atlántico.

La Controversia de Valladolid (1550-1551) enfrentó a dos figuras fundamentales del pensamiento de la época: Bartolomé de las Casas y Juan Ginés de Sepúlveda, quienes protagonizaron un debate teológico-jurídico sobre si los pueblos indígenas americanos poseían alma racional y, por tanto, si su conquista y esclavización podían justificarse moralmente bajo los principios del derecho natural y la doctrina cristiana.

El ciclo ‘Dos orillas, un eterno debate. La Controversia de Valladolid’ podría considerarse una de las retrospectivas más amplias realizadas hasta el momento sobre la representación cinematográfica del legado colonial, tanto por su alcance geográfico como temporal. La selección abarca títulos procedentes de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Cuba, Ecuador, España, México, Perú, Portugal y Venezuela, rodados entre1930 y el siglo XXI, muchos de ellos fruto de una exhaustiva labor de investigación y documentación. Ha sido comisariado por un colectivo de programadores procedentes de Colombia, Uruguay, Perú, Argentina y España. Entre ellos se encuentran largometrajes firmados por Nelson Pereira dos Santos, Arturo Ripstein, Tomás Gutiérrez Alea, Manoel de Oliveira, Lucrecia Martel o Carlos Saura.

Diálogo académico que enriquece la experiencia cinematográfica

Las proyecciones se completarán con una publicación monográfica y un espacio de reflexión en el que participarán especialistas de España y Latinoamérica, creando un diálogo académico que enriquecerá la experiencia cinematográfica. Seminci celebrará la mesa redonda ‘La Controversia de Valladolid’ el lunes 27 de octubre a las 12 horas, en el marco de las actividades ‘Pensar el cine en Seminci’.Moderada por el doctor y catedrático de Filosofía de la UVa José Manuel Chillón Lorenzo, intervendrán en el encuentro Alejandra Trelles, directora artística de la Cinemateca Uruguaya y directora del Festival Internacional de Cine del Uruguay; Marina Stavenhagen, guionista, escritora, realizadora y directora de la Filmoteca Mexicana, entre otros especialistas, y Víctor J. Vázquez Alonso, ensayista (La libertad del artista. Censuras, límites y cancelaciones, Athenaica, 2023) y profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Sevilla.

La publicación, incluida dentro del número de octubre de la revista Caimán. Cuadernos de Cine, incluye artículos escritos por el escritor e historiador de cine Paulo Antonio Paranaguá; el crítico y programador Roger Koza; el catedrático y crítico José Enrique Monterde, y la doctora en Historia e investigadora de cine Rocío Ruiz Pleguezuelos.

Visiones pioneras que cuestionaron el canon colonial (1930-1970)

La cinematografía iberoamericana comenzó a debatir las narrativas oficiales del colonialismo desde las primeras décadas del siglo XX.

Wara Wara (Bolivia, 1930), de José María Velasco Maidana, representa una de las primeras películas mudas latinoamericanas en abordar la conquista española desde una perspectiva indígena, utilizando el romance trágico entre una princesa inca y un conquistador español como vehículo para denunciar la destrucción de las culturas precolombinas. Seminci proyectará la copia restaurada en 2010 después de 20 años de trabajos de recuperación y digitalización a partir de negativos de cámara hallados en un baúl en 1989. A diferencia de la versión original, incluye una nueva banda sonora original creada por Sergio Prudencio, Alberto Villalpando y Atiliano Auza. 

En los años 70, Nelson Pereira dos Santos marcó un hito en el Cinema Novo brasileño con Como era gostoso o meu francés (Brasil, 1971), al plantear, basándose en las aventuras de Hans Staden e informes de cronistas, el intento de integración de un francés en la tribu indígena caníbal que lo ha capturado y planea sacrificarlo y comérselo. El cineasta retrata fielmente las costumbres indígenas, incluido el idioma tupí y la desnudez que complicó su aprobación por la censura. 

En la misma década, el mexicano Arturo Ripstein aborda en El santo oficio (México, 1973) la persecución a los judíos, acusados de causar una epidemia, en el México virreinal durante el siglo XVI. Basada en hechos históricos, destaca por su minuciosa reconstrucción histórica su análisis de los mecanismos de control religioso y social y el reflejo de la intolerancia religiosa.

La última cena (Cuba, 1976), del prestigioso realizador Tomás Gutiérrez Alea denuncia la esclavitud y el capitalismo a través de la historia real del aristocrático dueño de una explotación azucarera cubana en el siglo XVIII. que decide ofrecer una cena a doce de sus esclavos durante la Semana Santa.

El espejo europeo: autocrítica y coproducción (1980-1990)

En los años ochenta y noventa surgieron coproducciones y películas españolas que reexaminaron el legado colonial desde perspectivas más complejas y autocríticas, aunque manteniendo el punto de vista europeo. El Dorado (España, Francia, Italia, 1988), de Carlos Saura, recrea la expedición de Lope de Aguirre por el Amazonas como un relato onírico sobre la locura del poder y la ambición desmedida.

Cabeza de Vaca (México, España, Estados Unidos, Reino Unido, 1991), de Nicolás Echevarría, explora los procesos de transformación identitaria a través de las aventuras del explorador náufrago Alvar Núñez Cabeza de Vaca,
interpretado por Juan Diego. Su propuesta visual, que combina realismo y elementos místicos, la convierte en una reflexión poética sobre el mestizaje.

Voces encontradas: evangelización y resistencia (1990-2000)

Títulos como los rodados en Venezuela, Bolivia o Argentina en los años 90 y 2000 permiten entender cómo el cine latinoamericano ha procesado su historia y construido su identidad, mientras que el portugués Manoel de Oliveira rescata la figura del jesuita António Vieira, defensor de las mismas ideas a favor de los indígenas que apoyó Bartolomé de las Casas en la Controversia de Valladolid.

Jorge Sanjinés (Espiga de Oro en Seminci en 1970) refleja en Para recibir el canto de los pájaros (Bolivia, 1995) cómo un grupo de cineastas bolivianos, que ruedan una película sobre la conquista española en una lejana comunidad indígena andina, reproducen involuntariamente las mismas actitudes y prejuicios que critican a los conquistadores. Seminci exhibe por primera vez en España la copia restaurada de esta obra cinematográfica, que cuenta con la actuación de Geraldine Chaplin.

En Jericó (Venezuela, 1991), Luis Alberto Lamata presenta la historia de un fraile dominico del siglo XVI, acogido por los indios caribeños, tras ser el único superviviente de la expedición de conquista capitaneada por el alemán Ambrosio Alfínger.

Además de conquistadores y sacerdotes, América atrajo a exploradores y científicos. Jorge Acha refleja en Mburucuyá, cuadros de la naturaleza (Argentina, 1991) el viaje de dos ellos, el pensador Alexander Humboldt y la botánica Aimée Bonpland, a finales del siglo XVIII, y el encuentro entre su cosmovisión occidental y la de los indios yaruro.

La brasileña Lúcia Murat llevó a la pantalla en Brava gente brasileira (Brasil, Portugal, 2000) un hecho histórico: el levantamiento de un grupo de indios de etnia gaicuru contra los colonizadores portugueses ocurrido a finales del siglo XVIII en el asentamiento militar de Forte Coímbra.

Palabra y utopía (Portugal, 2000), de Manoel de Oliveira, explora la labor evangelizadora en Brasil del jesuita António Vieira desde su juventud hasta su muerte y sus conflictos con la Inquisición portuguesa. El realizador reflexiona, a través de su figura como defensor del trato digno a los indígenas y contra la esclavitud, sobre el enfrentamiento entre el poder terrenal y el religioso, la libertad frente a las estructuras de poder.

El bien esquivo (Perú, 2001), de Augusto Tamayo, retrocede hasta el siglo XVII para retratar la sociedad virreinal peruana a través de la historia de amor de un mestizo exsoldado prófugo de la justicia religiosa y una novicia que esconde su vocación como poetisa.

Nuevas miradas contemporáneas (2015-2021)

El cine del siglo XXI ha desarrollado aproximaciones sofisticadas y experimentales, incorporando nuevas metodologías narrativas y una conciencia más madura.

El abrazo de la serpiente (Colombia, Venezuela, Argentina, 2015), de Ciro Guerra, sigue los viajes de dos científicos europeos separados por décadas en su encuentro con un chamán amazónico. Construye un diálogo temporal entre épocas sobre las consecuencias del colonialismo para las culturas indígenas.

Epitafio (México, Francia, Colombia, 2015) cuenta la historia de tres conquistadores españoles que marchan hacia la cima del volcán Popocatépetl en 1519 por órdenes de Hernán Cortés. Los cineastas mexicanos Yulene Olaizola y Rubén Ímaz transmiten los miedos de los expedicionarios, su afirmación en la fe católica y la devoción al emperador, construyendo una visión humanizada de la figura del conquistador.

Zama (Argentina, España, Francia, México, Brasil, Estados Unidos, Países Bajos, 2017), de Lucrecia Martel, deconstruye los códigos del cine histórico tradicional, creando un ambiente claustrofóbico para reflejar el poder. Su propuesta estética y su juicio implícito a las estructuras de dominación la sitúan como una de las obras más innovadoras del cine latinoamericano reciente.

Eles transportan a morte, ópera prima de Helena Girón y Samuel M. Delgado (España, Colombia, 2021) examina los legados de la violencia colonial en el presente, estableciendo conexiones entre la conquista y los conflictos contemporáneos. Su enfoque combina archivo histórico, testimonios y ficción para crear una reflexión compleja sobre la permanencia de las estructuras virreinales.

En su ópera prima, Al Oriente (Ecuador, 2021), el ecuatoriano José María Avilés otorga el protagonismo a un trabajador de la construcción de una carretera que cruzará la cordillera de Llanganates, donde se dice que está escondido un tesoro inca, quien imagina que es el guía de una expedición en busca del tesoro a principios del siglo XX que se pierde en la selva.

El ciclo ‘Dos orillas y un eterno debate. La Controversia de Valladolid’ y la mesa redonda forman parte de la programación organizada por el Ayuntamiento de Valladolid con motivo del 475 aniversario de este debate histórico, que incluye conciertos, conferencias y congresos, y ha sido avalada por el comité científico multidisciplinar que forma parte de la Comisión Organizadora.