Si los realizadores del Studio Ghibli hubiesen coqueteado con el LSD, el resultado podría haber sido esta película. Ópera prima de Benoît Chieux con un guion coescrito junto al nominado al Óscar Alain Gagnol y una deliciosa banda sonora firmada por Pablo Pico, Sirocco and the Kingdom of Air Streams es un viaje psicodélico a través de un mundo de fantasía protagonizado por dos hermanas que, al igual que hiciera Alicia en la obra de Carroll, siguen a un personaje de su libro favorito hasta una tierra fantástica donde reina el malvado Siroco, señor de los vientos. Ganadora del premio del público en el Festival de Annecy, repleta de hallazgos visuales y desbordante de imaginación, esta pieza onírica de absoluta delicadeza demuestra la versatilidad de la animación para acercarse también al público adulto y entronca con dos obras señeras del género como Yellow Submarine (George Dunning, 1968) y El planeta salvaje (René Laloux, 1973), aunque con una calidez y un humanismo que la acercan a la factoría Miyazaki.
